La Madrastra Quiere Brillar
Con una sonrisa confiada, mi madrastra declaró: “¡Yo también merezco brillar hoy!” Respiré hondo y me esforcé por mantener la compostura. No era un espectáculo cómico, aunque ella parecía tratarlo como si lo fuera. Decidida a mantener la paz, me recordé a mí misma que debía conservar la calma por el bien del día. Parecía totalmente indiferente al revuelo que había causado, como si su comportamiento fuera totalmente normal. Entonces caí en la cuenta de que ella tenía sus propias razones para estar allí, y de mí dependía manejar la situación con elegancia.

La madrastra quiere brillar
Preocupaciones Desestimadas

Preocupaciones desestimadas